Jugar es la manera más divertida de aprender, mejorar la convivencia, estrechar lazos afectivos y adquirir habilidades sociales y motrices.
Antes
de que existieran la televisión, el tráfico diario y los videojuegos, los niños
y algunos adultos jugaban a un
innumerable conjunto de juegos tradicionales en las plazas y calles de
los pueblos y ciudades. Éstos siguen estando vigentes en las mentes de muchos
padres, madres y abuelos, que intentan recuperarlos para que los niños del
siglo XXI se sigan divirtiendo.
Los juegos tradicionales muchas veces
no aparecen escritos en ningún libro especial, ni se pueden comprar en algunas
jugueterías, son juegos que aparecen en distintos momentos o épocas del año, que
desaparecen por un período y vuelven a surgir. La modalidad juegos tradicionales,
denominada así por el folklore, incorpora la mentalidad popular, expresándose sobre
todo por medio de la oratoria; considerados como parte de la cultura
tradicional popular.